por señas. Y assi llego donde estauamos y los indios se quedaron vn poco atras, assentados en la misma ribera, y dende a media hora acudieron otros cien indios flecheros que, agora ellos fuessen grandes, o no, nuestro miedo les hazia parescer gigantes, y pararon cerca de nosotros, donde los tres primeros estauan. Entre nosotros escusado era pensar que auria quien se defendiesse, porque difficilmente se hallaron seys que del suelo se pudiessen leuantar. El veedor e yo salimos a ellos y llamamosles y ellos se llegaron a nosotros y lo mejor que podimos procuramos de assegurarlos y assegurarnos, y dimosles cuentas y cascaueles, y cada uno dellos me dio vna flecha, que es señal de amistad, y por señas nos dixeron que a la mañana boluerian y nos traerian de comer, porque entonces no lo tenian.
Otro dia, saliendo el sol, que era la hora que los indios nos auian dicho, vinieron a nosotros como lo auian prometido y nos traxeron mucho pescado y de vnas rayzes que ellos comen y son como nuezes, algunas mayores o menores; la mayor parte dellas se sacan debaxo del agua y con mucho trabajo. A la tarde boluieron y nos traxeron mas pescado y de las mismas rayzes e hizieron venir sus