passamos adelante y dos leguas de alli passamos vn estrecho que la ysla con la tierra hazia, al qual llamamos de Sant Miguel por auer salido en su dia por el, y salidos llegamos a la costa, donde con las cinco canoas que yo auia tomado a los indios remediamos algo de las varcas, haziendo falcas dellas y añadiendolas de manera que subieron dos palmos de bordo sobre el agua. Y con esto tornamos a caminar por luengo de costa la via del rio de Palmas, cresciendo cada dia la sed y la hambre, porque los bastimentos eran muy pocos e yuan muy al cabo, y el agua se nos acabó porque las botas que hezimos de las piernas de los cauallos luego fueron podridas y sin ningun prouecho; algunas vezes entramos por ancones y bayas que entrauan mucho por la tierra adentro; todas las hallamos baxas y peligrosas. Y ansi anduuimos por ellas treynta dias, donde algunas vezes hallauamos indios pescadores, gente pobre y miserable. Al cabo ya destos treynta dias, que la necessidad del agua era en extremo, yendo cerca de costa, vna noche sentimos venir vna canoa, y como la vimos esperamos que llegasse, y ella no quiso hazer cara y aunque la llamamos no quiso boluer ni aguardarnos, y por ser de noche no la seguimos y fuymonos nuestra via; quando amanescio vimos vna ysla pequeña y fuymos a ella por ver si hallariamos agua, mas nuestro trabajo fue embalde, porque no la auia. Estando alli surtos nos tomó vna tormenta muy grande, porque nos detuuimos seys dias sin que osassemos salir a la mar, y como auia cinco dias que no beuiamos, la sed fue tanta
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