quemadas, y mucho maiz y calabaças y frisoles que ya todo estaua para empeçarse a coger. Descansamos alli dos dias y estos passados el Gouernador me rogo que fuesse a descubrir la mar, pues los indios dezian que estaua tan cerca de alli; ya en este camino la auiamos descubierto por vn rio muy grande que en el hallamos, a quien auiamos puesto por nombre el rio de la Magdalena. Visto esto, otro dia siguiente yo me parti a descubrirla, juntamente con el Comissario y el capitan Castillo y Andres Dorantes y otros siete de cauallo y cinquenta peones, y caminamos hasta hora de visperas que llegamos a vn ancon o entrada de la mar, donde hallamos muchos hostiones con que la gente holgo y dimos muchas gracias a Dios por auernos traydo alli. Otro dia, de mañana, embié XX hombres a que conosciessen la costa y mirassen la disposicion della, los quales boluieron otro dia en la noche diziendo que aquellos ancones y bayas eran muy grandes y entrauan tanto por la tierra adentro que estoruauan mucho para descubrir lo que queriamos, y que la costa estaua muy lexos de alli. Sabidas estas nueuas y vista la mala dispusicion y aparejo que para descubrir la costa por alli auia, yo me bolui al Gouernador y quando llegamos hallamosle enfermo con otros muchos, y la noche passada los indios auian dado en ellos y puestolos en grandissimo trabajo por la razon de la enfermedad que les auia sobreuenido; tambien les auian muerto vn cauallo. Yo di cuenta de lo que auia hecho y de la mala dispusicion de la tierra. Aquel dia nos detuuimos alli.
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