y el requerimiento y dio con ello en el suelo a sus pies, diziendo que no lo queria notificar aquellos señores; y lueoo se leuanto Garci Vanegas, te- niente de thesorero, y dixo al Pedro de Molina mu- chas palabras afrontosas y vergonzosas, diziendo- le que estaua por le hazer matar a palos y que es- to era lo que merescia por osar dezir aquellas pa- labras que dezia, y con esto Pedro de Molina se salió quitándose su bonete (que no fue poco salir de entre ellos sin hazerle mucho mal).
CAPITULO OCHENTA Y DOS
•COMO DIERON LICENCIA LOS ALEADOS A LOS INDIOS QUE COMIESSEN CARNE HUMANA
Para valerse los oficiales y Domingo de Yrala con los indios naturales de la tierra les dieron li- cencia para que matassen y comiessen a los indios enemigos dellos, y a muchos destos a quien dieron licencia eran christianos nueuamente conuertidos, y por hazellos que no se fuessen de la tierra y les ayudassen, cosa tan contra el seruicio de Dios y de Su Magestad y tan aborrecible a todos quantos lo oyeren, y dixeronles mas, que el gouernador era malo y que por sello no les consentía matar y comer a sus enemigos, y que por esta causa le auian preso y que agora que ellos mandauan les dauan licencia para que lo hiziessen assi como se lo mandauan, j visto los oficiales y Domingo de Yrala que con todo lo que ellos podian hazer y ha- zian que no cesauan los alborotos y escándalos y