por lo que de la tierra auian visto y andado que podia ser ansí verdad lo creyeron y le rogaron que los mandasse guiar a los pueblos de los Gua- raníes, porque les querían ver y hablar, de lo qual el indio se altero y escandalizo mucho, y que con buen semblante y dissimulado continente auia res- pondido que los indios Guaraníes eran sus enemi- gos y tenían guerra con ellos y cada dia se mata- uan vnos a otros; que pues el era amigo de los christianos, que no fuessen a buscar sus enemigos para tenerlos por amigos, y que si todavía quisie- ssen 3'r a verlos dichos indios Guaraníes, que otro dia de mañana los llenarían los su^os para que los hablassen, y porque ya (1) era noche el mesmo prin- cipal los lleuo consigo a su casa y allí les mando dar de comer 3' sendas redes de algodón en que dur- miessen, y les combido que si quisíesse cada vno su moga que se la darían, pero no la quisieron dizien- do que venían cansados. Y otro dia vna hora antes del alúa comienzan tan gran ruydo de atambores y bozinas que parescia que se hundía el pueblo. Y en aquella plaga que estaua delante de la casa principal se juntaron todos los indios muy emplu- mados y aderezados a punto de guerra con sus ar- cos y muchas flechas y luego el principal mando abrir la puerta de su casa para que los viesse y auria bien se3'Scientos indios de guerra y el prin- cipal les dixo. Christianos, mira mi gente que desta manera van a los pueblos de los Guaraníes; yd con ellos que ellos, os llenaran y os bolueran; porque si
(I) En la edición de l555: ya porque y.