xeron a la lengua como ya ellos sabían como ve- nían y que desseauan mucho ver al gouernador y a los christianos, y díxeron entonces que las aguas auian baxado mucho y que por aquello la canoa auía llegado con mucho trabajo y que era necessa- rio que para que los nauíos passassen aquellos ba- xos que auía hasta llegar al puerto de los Reyes, los descargassen y alijassen para passar, porque no aula agua poco mas de vn palmo y cargados pedían los nauíos de cinco y seys palmos de agua para poder nauegar, y este vaneo y baxo estaua cerca del puerto de los Reyes. Otro día de maña- na el gouernador mando partir los nauios, gente indios y chrístianos, y que fuessen nauegando al remo hasta llegar al baxo que auian de passar los nauios y mando salir toda la gente y saltassen al agua; la qual no les daua a la rodilla, y puestos los indios y chrístianos a los borbos e lados del ver- gantín, que se llamaua Sant Marcos, toda la gen- te que podía caber por los lados del vergantin lo passaron a hombro y casi en peso y fuer(;a de bracos sin que lo descargasse, y turo el baxo mas de tiro y medio de arcabuz; fue muy gran trabajo passarlo a fuerza de bragos y después de passado los mismos indios y chrístianos passaron los otros vergantines con menos trabajo que el primero por- que no eran tan grandes como el primero. Y des- pués de puestos en el hondo nos fuymos a des- embarcar al puerto de los Reyes, en el qual halla- mos en la ribera muy gran copia de gente de los naturales, que sus mugeres e hijos y ellos estañan esperando, y assi salió el gouernador con toda la
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