despojado á los soldados de Rivera; vendido por esclavos á los agaces y guaicurúes y cautivado á los orejones; cosas en que Azara extrema el duro juicio que tenía de Alvar Núñez, quien más solía pecar por falta de energía que por actos de violencia, mucho más si lo comparamos á otros conquistadores de aquellos tiempos.
Verdadera antítesis de Alvar Núñez fué su competidor Domingo Martínez de Irala, llamado también el capitán Vergara per haber nacido en la villa de este nombre.
D. Félix de Azara trazó un panegírico de Irala en estas palabras: “Cualquiera que se considere en las circunstancias en que se vio Irala convendrá en que no pudo hacerse nada mejor que lo que él hizo. Entre él y Hernán Cortés y los Pizarros hubo la grande diferencia que éstos representaron su papel en el teatro más magnífico del mundo, lleno de lustre y esplendor, é Irala en el más pobre y obscuro… Irala trabajó sin auxilio, en países incultos, con un mando precario y con soldados desnudos, hambrientos, disgustadísimos de su suerte y miserias, y que no tenían otro estímulo que la elocuencia y habilidad de su jefe. Puede decirse de aquéllos que obraron para enriquecerse, y de Irala que trabajó solo y con el fin de honrar á su patria y de extender la monarquía española… En lo que Irala aventaja á todos los conquistadores es en que redujo y civilizó un país bárbaro en sumo grado, dictándole leyes las más humanas, sabias y políticas… su desinterés se ve en la tasación de sus bienes; su poca ambición y grande fidelidad en