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de enoordallo no toma ninguno el cargo y cuy- dado sino las proprias mugeres de los indios, las mas principales dellas, las quales los acuestan con- sigo y lo componen de muchas maneras como es su costumbre y le ponen mucha plumeria y cuen- tas blancas que hazen los indios, de huesso y de piedra blanca, que son entre ellos muy estimadas^ y en estando gordo son los plazeres, bayles e can- tos muy mayores, y juntos los indios componen e aderezan tres mochachos de edad de seys años hasta siete y danles en las manos vnas hachetas de cobre, y vn indio, el que es tenido por mas valiente entre ellos, toma vna espada de palo en las manos, que la llaman los indios macana, y sacanlo en vna plaga y alli le hazen baylar vna hora' y desque ha baylado llega e le da en los lomos con ambas las manos vn golpe, e otro en las espinillas para derri- barle, y acontesce de seys golpes que le dan en la cabera no poderlo derribar, y es cosa muy de ma- rauillar el gran testor que tiene en la cabera, por- que la espada de palo con que les dan es de vn pa lo muy rezio y pesado, negro, e con ambas manos vn hombre de fuerga basta a derribar vn toro de vn golpe, e al tal captiuo no lo derriban sino de muchos, y en fin, al cabo lo derriban y luego los niños llegan con sus hachetas y primero el mayor dellos o el hijo del principal y danle con ellas en la •cabera tantos golpes hasta que le hazen saltar la sangre. Y estandoles dando los indios les dizen a bozes que sean valientes y se enseñen y tengan xinimo para matar sus enemigos e para andar en ías guerras, y que se acuerden que aquel ha muer-