dos estciii muy alegres y re^oz i jados y con la-gran- de expectación que de V. A. tienen encomiení^an ya a ver estos reynos tan abundantes de todo ge ñero de virtudes y letras como Dios los hizo entre todos los del mundo señalados en christiandad y gente clarissima, y en todas las riquezas y bienes temporales y la paz y sossiego y accrescentamiento que en vuestro tiempo ha de tener toda la repúbli- ca christiana, y el grande temor y espanto que de las iiueuas de V. A. ahora tienen los infieles y des- pués tendrán de sus obras. Porque no se ha de es- perar sino que de tales. y tan grandes principios han-de salir semejantes prouechos y bienes, ni las obras de los Reyes y Principes se han de estrechar en angostos términos, sino estenderse por todas partes para el bien y prouecho de todos. Y esto es lo que principalmente aconsejan y enseñan a V. Ai su ayo y maestro (con la grande conformidad que en christiandad, virtud y amistad siempre tuuier ron) quando le crian & instituyen con preceptos de christiandad, caualleria y philosophia, porque sa- ben que los que administraron sus reynos con es- tas tan seguras, firmes y perpetuas fuergas, de muy angostos los dexaron mu}' anchos, y de muy sos- pechosos, muy seguros, y de muy mudables, muy firmes, y de muy varios, muy constantes y perm.i nescientes, y finalmente, de reyes mortales se hi- zieron immortales. Mas los que sin ellas quisieron reynar, aunque con grandes fuerzas de riquezas y exercitos, no fueron poderosos para detener a sus contrarios que no hiziessen en sus reynos grandes impressiones y estragos, ensangostándoselos mu-
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