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guna parte de Indias que ouiessemos visto. Traen vnas camisas de algodon que llegan hasta las rodillas e vnas medias mangas encima dellas, de vnas faldillas de cuero de venado sin pelo, que tocan en el suelo, e enxabonanlas con unas rayzes que alimpian mucho y ansi las tienen muy bien tratadas; son abiertas por delante y cerradas con vnas correas; andan calçados con çapatos. Toda esta gente venian a nosotros a que los tocassemos y santiguassemos y eran en esto tan importunos que con gran trabajo lo sufriamos, porque dolientes y sanos todos querian yr santiguados. Acontescia muchas vezes que de las mugeres que con nosotros yuan parian algunas, y luego en nasciendo nos trayan la criatura a que la santiguassemos y tocassemos. Acompañauannos siempre hasta dexarnos entregados a otros, y entre todas estas gentes se tenia por muy cierto que veniamos del cielo. Entre tanto que con estos anduuimos caminamos todo el dia sin comer hasta la noche, y comiamos tan poco que ellos se espantauan de verlo. Nunca nos sintieron cansancio y a la verdad nosotros estauamos tan hechos al trabajo que tampoco lo sentiamos. Teniamos con ellos mucha autoridad y grauedad y para conseruar esto les hablauamos pocas vezes. El negro les hablaua siempre, se informaua de los caminos que queriamos yr y los pueblos que auia y de las cosas que queriamos saber. Passamos por gran numero y diuersidades de lenguas; con todas ellas Dios nuestro Señor nos fauorescio, porque siempre nos entendieron y les entendimos. Y ansi preguntauamos y respondian