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Y mas de quinze dias que con aquellos estuuimos a ninguno vimos hablar vno con otro, ni los vimos reyr, ni llorar a ninguna criatura, antes porque vna lloro la lleuaron muy lexos de alli y con vnos dientes de raton, agudos, la sajaron desde los hombros hasta casi todas las piernas. E yo, viendo esta crueldad y enojado dello les pregunte que por que lo hazian, e respondieronme que para castigarla porque auia llorado delante de mi. Todos estos temores que ellos tenian ponian a todos los otros que nueuamente venian a conoscernos, a fin que nos diessen todo quanto tenian, porque sabian que nosotros no tomauamos nada y lo auiamos de dar todo a ellos. Esta fue la mas obediente gente que hallamos por esta tierra, y de mejor condicion, y comunmente son muy dispuestos. Conualescidos los dolientes e ya que auia tres dias que estauamos alli llegaron las mugeres que auiamos embiado, diziendo que auian hallado muy poca gente y que todos auian ydo a las vacas, que era en tiempo dellas. Y mandamos a los que auian estado enfermos que se quedassen, y los que estuuiessen buenos fuessen con nosotros, y que dos jornadas de alli aquellas mismas dos mugeres yrian con dos de nosotros a sacar gente y traerla al camino para que nos rescibiessen, e con esto otro dia de mañana todos los que mas rezios estauan partieron con nosotros e a tres jornadas paramos, y el siguiente dia partio Alonso del Castillo con Esteuanico el negro lleuando por guia las dos mugeres, e la que dellas era captiua los lleuo a vn rio que corria entre vnas sierras, donde estaua vn

A. Núñez Cabeza de Vaca.—V.—I.°
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