que ellos tienen mucha necessidad e aunque lo saben hazer no quieren ocuparse en nada, por buscar entretanto que comer. Y quando entienden en esto passan muy gran hambre. Otras vezes me mandauan raer cueros y ablandarlos. Y la mayor prosperidad en que yo alli me vi era el dia que me dauan a raer alguno, porque yo lo raya muy mucho y comia de aquellas raeduras y aquello me bastaua para dos o tres dias. Tambien nos acontescio con estos y con los que atras auemos dexado, darnos vn pedaço de carne y comernoslo assi crudo, porque si lo pusieramos a assar, el primer indio que llegaua se lo lleuaua y comia; parescianos que no era bien ponerla en esta ventura, y tambien nosotros no estauamos tales que nos dauamos pena comerlo asado e no lo podiamos tambien passar como crudo. Esta es la vida que alli tuuimos y aquel poco substentamiento lo ganauamos con los rescates que por nuestras manos hezimos.
Despues que comimos los perros, paresciendonos que teniamos algun esfuerço para poder yr adelante, encomendandonos a Dios nuestro Señor para que nos guiasse, nos despedimos de aquellos indios y ellos nos encaminaron a otros de su len-