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que con los otros, porque en todo el dia no comiamos mas de dos puños de aquella fruta, la qual estaua verde; tenia tanta leche que nos quemaua las bocas, y con tener falta de agua daua mucha sed a quien la comia. Y como la hambre fuesse tanta, nosotros compramosles dos perros y a trueco dellos les dimos vnas redes y otras cosas e vn cuero con que yo me cubria. Ya he dicho como por toda esta tierra anduuimos desnudos, y como no estauamos acostumbrados a ello, a manera de serpientes mudauamos los cueros dos vezes en el año, y con el sol y ayre haziansenos en los pechos e en las espaldas vnos empeynes muy grandes, de que rescebiamos muy gran pena por razon de las muy grandes cargas que trayamos, que eran muy pesadas y hazian que las cuerdas se nos metian por los braços. Y la tierra es tan aspera y tan cerrada que muchas vezes haziamos leña en montes, que quando la acabauamos de sacar nos corria por muchas partes sangre, de las espinas y matas con que topauamos, que nos rompian por donde alcançauan. A las vezes me acontescio hazer leña donde despues de auerme costado mucha sangre no la podia sacar, ni acuestas, ni arrastrando. No tenia, quando en estos trabajos me via, otro remedio ni consuelo sino pensar en la passion de nuestro redemptor Jesuchristo y en la sangre que por mi derramo, e considerar quanto mas seria el tormento que de las espinas el padescio, que no aquel que yo entonces sufria. Contrataua con estos indios haziendoles peynes, y con arcos e con flechas e con redes. Haziamos esteras, que son cosas de