La revolucion Francesa ha sido la propagadora de esas ideas heredadas por Mazzini y Garibaldi en nombre del progreso y de la libertad.
Pero ocúrresenos preguntar: ¿progresarán en moralidad los paises donde esas doctrinas imperan?
Un eminente escritor moderno contesterá por nosotros. Oigámosle: - Bastaban en un tiempo para completa seguridad de las ciudades cuatro inválidos; ahora tendreis el consuelo de mantener en ellas ejércitos numerosos visibles de soldados, invisibles de espías y de polizontes. Antes teniais media docena de oficiales públicos, y pocos magistrados para la administracion de la justicia, y eran suficientes; ahora tendreis falanjes de oficiales y magistrados, y no os bastarán.
Con pocos alguaciles se vivia en un tiempo con seguridad; ahora tendreis el gusto de visitar establecimientos penitenciarios de todas clases; y á pesar de eso, os guardareis muy bien de salir de casa, ó de poneros en viaje al anochecer.
Antes pagabais un poco de contribucion personal, y algun pequeño impuesto predial por cuantas tierras teniais debajo del sol, y ahora pagareis por la casa, por el criado, por los caballos, por vuestra profesion, por la herencia, por las deudas, hasta por el aire.
Antes viviais con una paz, con una alegria, con una seguridad, que casi llamaria excesiva; pues bien, ahora tendreis el consuelo de vivir siempre temblando entre las conspiraciones y las revoluciones.
Cesará elfastidio de ir à la Iglesia en los dias de fiesta, y tendreis en su lugar el pasatiempo de montar la guardia: no os ensordecerá el ruido de las campanas pero os recreareis con el redoble de la generala, y si tal vez os falta un bocado de pan que llevar á la boca, os saciareis con la idea de que no os falta la libertad. Estas son las primeras consecuencias de aquellos principios.
Pero donde se hayan arraigado algo mas profun-