dia mas à las conciencias sanas y á las inteligencias bien dirijidas, ¿no es forzoso reconocerle un mérito sobre-humano? ¿No es justo aceptar que una fuerza sobrenatural la conserva para el bien?
Siendo esto así y desde que la religion enseña à cumplir con la voluntad de Dios, no es posible que haya moralidad donde la religion no impere con la viva luz de sus principios, moderando las pasiones y los apetitos desordenados.
Tendiendo la vista en torno nuestro, vemos à la luz de los principios que dejamos sentados, que entre los varios triunfos que la moral ha alcanzado en nuestro pais, pueden contarse especialmente, la abolicion de la esclavitud, odiosa y repugnante institucion; la supresion del cepo y la pena de azotes, el adelanto de nuestras leyes penales, la creacion del sistema penitenciario, las constantes mejoras introducidas en nuestra administracíon de justicia varias otras instituciones y medidas tendentes a reprimir la inmoralidad.
Entre estas últimas deben ocupar preferentemente nuestra atencion las ordenanzas que desde algun tiempo viene dictando la Municipalidad.
La santificacion del Domingo y la prohibicion de representaciones obcenas son medidas altamente moralizadoras.--Sin embargo hemos visto con dolor que la prensa casi en general, ha criticado la ordenanza sobre la santificacion del Domingo y que una parte de ella ha ido hasta ahogar en favor de las representaciones pornograficas.
Con decir que los que asi opinan han escandalizado à esta sociedad, que se hà extrañado de tener en la prensa tales representantes, todo está dicho. No es necesaria una palabra mas.--