Si nuestras autoridades no quieren convencerse de esta gran verdad;--si imbuidas de las máximas con que el liberalismo moderno nos há invadido pretenden alejar la religion de la banca escolar, preparando de ese modo graves trastornos para un porvenir no lejano,--à vosotros padres y madres de familia toca contrarestar el mal.
Si en algo estimais la tranquilidad de vuestros viejos dias y la honra de vuestras canas, si os importa mantener con lustre los ejemplos de virtud que os legraon vuestros antepasados, si deseais dias venturosos para vuestros hijos y anhelais que vuestro nombre se perpetùe sin mancilla à través de las generaciones; en una palabra, si amais á vuestra patria y vuéstras tradiciones de familia, poned manos a la obra y haced que vuestros hijos reciban una enseñanza cristiana con el fin de hacer de ellos buenos hijos, buenos padres y buenos ciudadanos.
Recordad que una esposa sin religion no es el ángel tutelar de la felicidad doméstica, ni serà tampoco madre de esclarecidas virtudes cuyo nombre pueda invocarse con veneracion.
Recordad por ùltlmo que Dios y la Patria os pedirán severa cuenta de la educacion de vuestros hijos!