habla de ella, ó de sus Ministros y ceremonias, es unicamente con cierta sonrisa sarcástica, muy natural en los individuos incrédulos ó indiferentes que por lo general las regentean, no puede producir frutos de moralidad.
El Congreso Pedagógico ha tenido su parte benéfica, en cuanto nos ha hecho conocer la clase de maestros que tienen nuestros hijos. No faltaron en él, individuos caracterizados que blasonasen de la mas orgullosa impiedad y sostuviesen la ninguna necesidad de la enseñanza religiosa.
Aplicad á esos maestros y maestras las reglas que Platon queria les fueran aplicadas, y decidnos despues si son verdaderos maestros,si son dignos de mision tan sublime y de tan delicado ministerio.
No, en nuestras escuelas no se educa, se instruye simplemente y -desde que no se enseña allí la religion, desde que esta no es respetada y acatada, no se enseña tampoco la moral, no se enseña la virtud.
La vida de los pueblos, ha dicho Raumer, Ministro de Instruccion Pública en Austria, requiere una educacion fundada, no sobre teorias, sino sobre realidades inmutables, SOBRE LOS PRINCIPIOS DEL CRISTIANISMO, verdadero sosten de la familia y del Estado."
Sin embargo, no falta entre nosotros quien sostenga, y eso se ha dicho en todos los tonos en el Congreso Pedagógico, que las ideas religiosas se oponen al desarrollo de la inteligencia, porque la fé limita los horizontes del entendimiento bumano.
Si por desarrollo de la inteligencia se entiende la licencia y el desenfreno de pasiones y sentimientos abominables, no dudamos que las ideas religiosas sean contrarias à esa clase de desarrollo intelectual; pero si por inteligencia entendemos aquella noble facultad del hombre, aquel destello luminoso con que la divinidad lo adornò para que