cia, queremos imitar esa grandeza y poderío, buscando tambien en la inteligencia la sávia que vivifique à nuestro pueblo.
Queremos mas aun, queremos como la Alemania ser comerciantes, creadores, manufactureros; queremos ser fuertes en la tierra y en los mares; queremos que predomine el espiritu individual y social en la organizacion politica. Sabemos que todo eso ha de formarse en la primera direccion de las escuelas y en el plan de la enseñanza, porque es allí donde la generalidad termina su preparacion intelectual para entrar luego en la lucha del trabajo y de la vida.
Todo esto queremos y sabemos; pero, si bien nos proponemos obtener el fin alcanzado por la Alemania, triste es reconocer que no empleamos ni queremos emplear los mèdios que ella ha puesto en pràctica, y de que no cesa de hacer uso en la actualidad.
La superioridad que esta Nacion ha obtenido sobre la Francia no es debida á otra causa sinò á la educaciún religiosa de sus súbditos. En Alemania no hay escuelas laicas. Allí la enseñanza religiosa es indispensable, es obligatoria, y nosotros que en algo la tomamos para ejemplo, queremos escuelas laicas, queremos desterrar de ellas la religion. ¡Oh contradiccion! Seguimos el ejemplo de la Francia revolucionaria, de la Francia abatida y humillada, de la Francia desquiciada y anarquizada, precisamente por haber seguido las máximas que nosotros pretendemosseguir,imitándola en sus desvaríos y locuras!
¡A que errores y contradicciones no conducen el estravio de las ideas y el ciego orgullo del liberalismo moderno! . . .
La educacion primaria tiene en Prusia éstos tres ca-