CAPITULO II.
Nuestra Inteligencia.
I §.
Si la educacion y su organizacion es una necesidad vital para todos los pueblos que aspiran á la verdadera civilizacion, lo es con especialidad, para los representativos, como el nuestro.
En los paises regidos por este sistema, cualquier ciudadano puede aspirar á los mas elevados puestas de la Republica, y por lo tanto todos deben ser bien educados, para no carecer de la preparacion que los cargos distinguidos exigen para ser bien desempeñados.
Estos principios fundamentales fueron descuidados en los primeros tiempos de nuestra vida como nacion, y la anarquia y desmoralizacion fueron su consecuencia.
Los errores politicos trajeron la tirania y entonces por mas de veinte años esos mismos principios no solo fueron descuidados sinó completamente olvidados.
El Gobierno de Rosas habia dado en tierra con todas las tradiciones soci:ales, y por eso, la educacion pùblica estaba en el grado de abyeccion que todos conocemos.
Los Jesuitas, que procuraron elevarla à su verdadera altura, muy luego fueron el blanco de los ódios del déspota, y expiaron con el destierro, no un crímen, sinó el acto muy digno y lleno de magestuosa nobleza, de no haber profanado los altares del Dios de Paz con el retrato del sangriento Dictador.