ya por todas partes, si la experiencia no enseñase que el entendimiento humano suele buscar por mil rodeos lo que facilmente podria encontrar por linea recta. Como quiera, no se podrá negar á nuestro pensamiento la sencillez; y en tal caso podemos recordar aquel célebre dicho que en tres palabras encierra filosofia tan profunda: Sigillum veri simplex, la sensillez es el carácter de la verdad. Sin embargo, no queremos dejarle sin aclarar y desenvolver á la luz de la filosofía y de la historia; no pretendemos presentarle tan solo en una region elevada y abstracta, obligando à los lectores á mirarle de lejos y como en perspectiva: el ser examinado de cerca solo daña à los pensamientos falsos, no à los verdaderos: el error por brillante que sea, es una ilusion que se desvanece á medida que el entendimiento se le aproxima; pero la verdad, como es la realidad misma; si es mirada de léjos se la vé oscura y de pequeño tamaño, pero en acercándonos á ella, sus dimensiones crecen y sus colores se avivan.
Sin inteligencia no hay civilizacion: sin que brille en la frente del hombre ese destello divino, sin que ciña sus sienes esa bella aureola, esa esplendente diadema que le distingue como á rey de la creacion, no es concebible la perfeccion de la sociedad; falta el manantial del bien, falta el titulo mas hermoso, el mas noble blason, el orgullo del humano linaje. Tan deslumbrador es su brillo, tan fascinadora su influencia, que allí donde le vemos alli aclamamos la civilizacion; sin pensar en lo que le rodea, sin pararnos en que sea pasajero, en que sea tal vez una antorcha que resplandece en la cima de un edificio en ruina. El grandor de los imperios, su magnificencia y poderío, sus colosales conquistas, su robustez, su duracion al través de largos siglos no bastan para granjearles el bello titulo de civilizados, si en ellos no se ha desarollado la inteligencia, si no se halla embellecida su historia con tan precioso esmalte, ()