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Francisco Sosa.
A UNA DESPOSADA.
Al mirar de tus sienes desprendida
De blancas flores la nupcial corona,
Mañana en noble y en gentil matrona
Te verás, niña hermosa, convertida.
De tu paterno hogar la despedida
Lágrimas á tus ojos amontona,
Y tiemblas, palideces, te abandona
De tus ensueños la ilusion querida.
Desecha, bella niña, los temores,
Vuelva á tus labiois la sonrisa pura,
Resplandezcan tus ojos soñadores;
Que si orna la virtud á la hermosura,
El hogar que le brindan los amores
Es un cielo de paz y de ventura.
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