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Francisco Sosa.
AL SUEÑO.
¡Oh sueño bondadoso! á tí me entrego,
A tí que alejas el mortal quebranto
Cuando te acercas con cariño santo
Brindando al alma celestial sosiego.
Cierra mis ojos escuchando el ruego
Del triste corazón que anega el llanto,
Y en onda pura de inefable encanto
De mi rudo penar apaga el fuego.
Ven; á tu influjo bienhechor las horas
Veloces se deslizan, como ruedan
Del arroyo las aguas bullidoras.
Ven, sueño dulce, ven; solo me quedan
Tus bellas ilusiones seductoras
Que la pasada realidad remedan.
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