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discurso preliminar. XXXI

Honduras; llegando á Trujillo casi al mismo tiempo que Sandoval á Naco, donde recibió la carta de su jefe, y atendiéndola, designó los diez soldados viejos que fueron á unírsele, exceptuando á Bernal Díaz que, con beneplácito del capitán su amigo y por sentirse enfermo, pudo excusarse.

Siguiendo Sandoval las órdenes del caudillo, ocupóse en someter á los indios de las vecindades de Naco, logrando poner aquella tierra en paz y en comunicación con Puerto, de Caballos; y habiendo tropezado en sus excursiones con unos soldados de los de Pedrarias Dávila, que con su capitán Francisco Hernández molestaban injustamente á los indígenas, comunicó el caso á Cortés por medio de Luis Marín y de cinco soldados, entre ellos Bernal Díaz, quienes tras penosísimos trabajos llegaron á Trujillo al tiempo que un barco y las cartas enviadas por el licenciado Zuazo, alcalde mayor de Mexico, con la relación detallada de todos los conflictos sufridos en la capital por las demasías de los oficiales reales.

Hondamente apenaron al conquistador las tristes nuevas; pues abatido de espíritu, y no bien curado de la grave enfermedad en que corrió gran riesgo, estaba tan acabado, que mucho temió no poder resistir el rudo golpe. Pero reaccionándose á las pocas horas, con la energía propia de los grandes caracteres, ordenó que inmediamente se aprestase el mejor buque para hacerse á la mar, y dispuso que los pobladores de Puerto de Caballos se trasladasen á Naco y los soldados mandados por Sandoval se dirigiesen á Mexico. Al conocer Bernal Díaz esta determinación, «como ví, dice en su historia, que Cortés se había de ir á la Nueva-España por mar, le fuí á pedir por merced que en todo caso me llevase en su compañía, y qué mirase que en todos sus trabajos y guerras me había hallado siempre á su lado y le había ayudado; y que agora era tiempo que yo conociese dél si tenía respeto á los servicios que yo le había hecho, y amistad y ruego presentes. Entónces me abrazó y me dijo: — Pues si os llevo conmigo, ¿quién irá con Sandoval? Ruégoos, hijo, que vais con vuestro amigo Sandoval; que yo os