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Recordación Florida. 285

la formación de sus cuerpos, fáciles y voltarios de natural, aunque domésticos y dóciles. Generalmente hábiles y sumamente industriosos en todo género de arte; conservan con tenacidad cuidadosa su propio antiguo uso, y así, ni más ni menos, en todo aquello qne establecieron ó dejaron erigido sus mayores, aunque reconozcan ser contra el adorno y uso político. En las costumbres y observaciones ceremoniosas todos son igualmente conformes: son muy dados al culto y veneración de los santos, en que emplean lo más que les rinde el tesón frecuente de sus inteligencias; lo restante absolutamente en vino, por ser generalmente manchados con el vicio y uso de la embriaguéz, sin que pase entre ellos á ser infamia, antes sí estilo de suma y declarada bizarría. En el uso y contrato de sus matrimonios, se pactan y efectúan por el contrario estilo y dictamen de nuestra costumbre española; porque la desposada no lleva dote, más de saber trabajar en lo casero; antes sí el marido la compra á sus padres, sirviendo (como Jacob á Labán) por algún tiempo á los suegros para experimentarle y dándoles algunos dones estimables según su aprecio dellos, que para nosotros fueran ligeros y despreciables; siendo esto lo que en lo común y general se practica, que en lo particular también hay indios que generosamente nos imitan, dándoles á sus hijas buenas y considerables porciones de caudal en sus casamientos. Todos ellos, generalmente, en el día que reciben el augustísimo sagrado cuerpo de Cristo Señor nuestro Sacramentado, comen en estos días de comunión muy parcamente, dándose á la continencia y ayuno; enraman y vistosamente riegan de alegres y matizadas ñores sus casas: no ejercitan, ni aun ligeramente, el trabajo en semejantes días; están sin salir de sus oratorios y sin comunicar aun los más cordiales de sus familias, y sólo se entregan á la soledad y al silencio. Si caminan, es ordinariamente llevando siempre consigo las mujeres, y cuando hacen el camino á caballo, van los varones montados, y las hembras á pie asidas á la cola de la cabalgadura. Mas esto no es, como algunos piensan, por inutilidad indiscreta, ni por desprecio que hagan