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cantidad de vara, flecha y piedra, y juntamente de acometer osada y unidamente con mucho número de lanzas, de la piedra de Chai, con que ocasionaban á nuestra infantería mucho daño y no menor conflicto. Pero la caballería, convidada de la limpieza igual de la llanura, acometió con sus tropas por una parte del escuadrón contrario, y rompiendo por él con acelerado choque de sus ligeras tropas, con breve término de combate, hicieron volver las espaldas al grande número de los indios; quedando en esta, no menos apretada que sangrienta batalla, heridos muchos soldados de nuestros españoles y uno de los caballos de las tropas, y no siendo ligeramente lamentable el suceso, de parte de los indios, así por la pérdida de la facción, como por la muerte de ciertos indios principales de su maquinoso ejército; quedando á esta causa temerosos y llenos de espanto los indios de aquellos pueblos, siéndoles de grande asombro el nombre de Alvarado. Entraron en acuerdo todos los más caciques de la comarca, detenidos y suspensos en largas conferencias por algunos dias; en que, el valeroso Adelantado y su admirable gente, haciendo correrías y varias entradas por todas las poblazones, conseguía de estas surtidas muchas presas de indios de entrambos sexos, que traía cautivos á los alojamientos de Quetzaltenango; con que, más apretados y afligidos aquellos caciques de la junta, determinaron, conformes, enviar sus embajadores al Adelantado, á tratar con él de paces; remitiéndole con los embajadores un presente de oro de poca estima. Mas esta paz que procuraban, y á que fueron admitidos, abrigaba en lo interior un trato doble, que se radicaba en el convite que hicieron al ejército católico para el pueblo de Utatlán; previniendo con militar disposición, el que se juntasen todas las mayores escuadras que pudiesen, que fueron mucho más numerosas que las pasadas, con arbitrio y orden especial de que estuviesen ocultas dentro de los barrancos de Utatlán, de que está ceñido por sus contornos, hasta que fuese tiempo de acometer; que había de ser en estando dentro de la poblazón, y cuando le diesen fuego.