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Recordación Florida. 39

gastaba tanto tiempo ni pompa; pero no por eso dejaban de ser solemnes y muy celebrados. Mas unos y otros eran ejercitados de un modo; porque caminando con mucha música de flautas melancólicas, atabales, pitos y caracoles, que hacían en tal composición estos instrumentos una música más aína molesta que armoniosa, y llegando al sacrificadero, danzaban en torno, como hoy danzan los de los teponaguastes (que adelante diré qué género es de instrumentos), cantando, en desentonada y triste voz, las cosas memorables de su nación y hechos más heroicos y acreditados de sus mayores, y el culto que estos habían dado á sus torpes y mentidas deidades. Vestíanse y adornábanse para esto, de mantas matizadas y ricas, y de varias plumas, y de muchos sartales de chalchiguis, que casi es lo que en nosotros vidrios.

Con estas fúnebres ceremonias (al fin como cosa del demonio), el más superior de aquellos infames ahquies sacrificaba las aves y brutos, y demás asquerosas obscenas inmundicias ofrecidas al ídolo, á quien no se dejaban de sacrificar hombres, como se testifica por el sacrificadero de el Quiché; y de la sangre de cada animal, ave ó persona, tomaba el ahqui con la mano y rociaba tres veces el ídolo como asperjándolo: esto con grandes ceremonias y conjuros, para engañar y suspender más á aquella nación falsamente ciega: y luégo, con los mismos embustes y aparentes ceremonias, esparcía de aquella sangre hacia el sol, buscando el sitio donde se hallaba, para asperjarle y ofrecerle aquel sacrificio; en que parece, por esta ceremonia, que también debían de atribuirle algún género de deidad.

Así se solemnizaban ó celebraban estos oficios de sacrificio, y así también celebran hoy las festividades de los santos que llaman Guachibales; danzando en torno, con el tesón que adelante diremos, adornados de las mismas galas que usaban en aquel engañado tiempo: pero sus cantares se reducen á la alabanza de los santos, refiriendo y representando sus milagrosas historias, compuestas por sus ministros. Pero en sus sacrificios gentílicos, después de haberlos