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36 Biblioteca de los Americanistas.

rudeza les hiciese fuerza esta multiplicidad gentilica, ni otras razones, que aun á su propia inutilidad y materialidad pudiera hacerles descaecer de tan monstruoso concepto, sólo mirando en la suma fealdad en que se representaban sus Dioses, toscos, disformes, feos y de inhonestas figuras. Pero como el demonio en ellos tenía tan sobrada ganancia, les representaría otra cosa, diversa de la que vemos, á aquellos miserables, ciegos y bárbaramente torpes, primitivos indios de este Reino de Goathemala.

Pero habiendo de indagar el principio y origen desta miserable ceguedad, es necesario muy de antemano tomar en ella los tiempos pretéritos, y ocurrir á los principios de las fundaciones de estos indios, en que es preciso valerse de algunas noticias, de las envueltas en fábulas y quiméricas circunstancias, que los mismos indios conservan manuscritas de sus mayores. En ellas cuentan, que habiendo enfermado gravemente y muerto de la enfermedad un joven, único heredero del señor á quien ellos obedecían, que la muerte del mozo fué de su padre tan inconsolablemente sentida y con tanto extremo llorada, que en mucho tiempo estuvo negado á todo humano consuelo, y aunque todos los mayores señores del Reino y los demás vasallos hacían infinitos oficios de rendimiento y amor por alegrarle, él se mostraba insensible á estos comedimientos, entregado sólo á la pena de la pérdida del hijo. Pero los vasallos, considerando cuán de propósito se había entregado á la melancolía y á los pensamientos funestos, llegando á términos de perder la vida y de dejar el Reino funestado, con lo que se levantaría de pretensiones á la corona, por última diligencia de su obsequio hubieron de consultar al demonio, y apareciéndoles este enemigo fraudulento en la forma que acostumbraba, les mandó fabricar una estatua de madera, representando al príncipe difunto, y que se procurase con todo esmero del arte le saliese parecida. Puso en ella tanto esmero el artífice, que salió á la misma semejanza; con que introduciéndose en ella el demonio la hizo que pareciese estar animada.