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RAMOS DE VIOLETAS

ce con sonrisa desdeñosa: Yo á ese mundo le doy nada por nada...

Para el reloj de la eternidad los siglos serán segundos, pero para la medida del tiempo humano, los años se hacen siglos y nos parece que marcha con demasiada lentitud el progreso moral.

El Evangelio! Esa recopilación grandiosa de los más sublimes pensamientos! ese código divino! esa historia cuyo prólogo fué la muerte de Jesús, y cuyo epílogo aun no ha visto la humanidad; de qué manera tan absurda y tan errónea ha sido comprendida, hasta que el Espiritismo ha venido á demostrar la base en que se apoyaba esa fábrica grandiosa que se llama naturaleza: esos millares de mundos animados por el fluído de Dios.

¡Atrás, falsos milagros! Dioses y apariciones, pasad! y dormid en la tumba del olvido.

Cuando se comprenda el Espiritismo en lo que vale, se volverá á reproducir la edad de oro de los patriarcas, pero ésta, será más feliz que aquélla, porque entonces el entendimiento del hombre era mucho más limitado que ahora y eran las criaturas buenas, por que no tenían medios de ser malas, la comunicación de los pueblos apenas se conocía y no podían