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Amalia D. Soler

reflejo puro y radiante
de otro mundo celestial.
¡De otro mundo!... Gran problema
que busca la humanidad;
sol que nuestra frente quema,
misericordia suprema
de infinita voluntad.
¡Otro mundo! gran misterio
que el ser material negó;
diciendo que este hemisferio,
por límite un cementerio
fué todo lo que encontró.
En tanto que el cristianismo
esperó en la eternidad;
y el grandioso Espiritismo
miró en la tierra el abismo
do gime la humanidad.
Y más allá vió lucir
con mágico resplandor
el astro del porvenir
que dice: «para vivir
al hombre lo hizo el Creador».
Para vivir sin fatiga,
para vivir sin afán,
existencias le prodiga;
tendiendo su mano amiga
á los que vienen y van.
¡Si esto es cierto! ¿Qué soy yo?
¿adonde voy? no lo sé;
¿qué globo abrigo me dió?