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La fiesta de los muertos
A mi querido hermano D. Manuel Ausó
ermano mío: Hay días que santificados por la costumbre, el cuerpo descansa del trabajo material, y el pensamiento, atrevido aereonauta, vuela en el globo de sus recuerdos, hasta llegar á las ciudades donde se albergan espíritus que le son queridos; el mío llega á Alicante, y en el Centro Espiritista le encuentro a usted; acepte como testimonio de mi palabra las incorrectas páginas que siguen á este prefacio.
I
¡Qué valen esas urnas sepulcrales
donde á la vanidad tan sólo miro,
si no empañan sus límpidos cristales
ni el hálito siquiera de un suspiro!...