La Calumnia
¡Calumnia abominable!... el luto y el espanto
difundes por do quiera: ¡Fatal es tu misión!
Los ojos más serenos anublas con el llanto
y arrancas despiadada, la paz del corazón.
En todas partes dejas tristísima memoria;
unida estás al hombre con invisible imán.
Profanas con tu aliento el libro de la historia
y crédito los siglos á tus sofismas dan.
A veces el acaso te arroja de tu trono
y pierdes en un soplo tu fuerza y tu poder;
mas tornas á la lucha con implacable encono
y á la verdad humillas volviéndola á vencer.
La condición humana acepta á la impostura
y la verdad rechaza cual sombra que dá horror,
y si al mortal no halaga la agena desventura
escucha indiferente la queja del dolor.
Es triste confesarlo; mas con desdén profundo
contempla la desgracia la turba mundanal.