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reflexión suficiente para reconocerme a la luz del día, que ya entraba en la estancia con toda su fuerza. Desvanecida en el aislamiento y la indiferencia, se recobraba en la piedad, en el interés, y acaso en el amor, de un compasivo desconocido. Privada de todo parentesco espiritual en la flor de su vida, súbitamente hallaba junto a sí la imagen, la actividad, los desvelos, la oración, las lágrimas de un joven hermano, y este nombre se escapaba de su corazón y de sus labids cuando volvía a percibir juntamente el sentimiento de aquella dicha con la sensación de vivir.

"Un hermano? ¡Oh no, señora!—le respondí cogiendo la mano que me tendía y apartándola con respeto de mi frente, como si no hubiese sido digno de que ella me tocara—. Un hermano?

¡Oh, no; un esclavo, una sombna viviente de nuestros pasos, que no pide por bendición al cielo y como felicidad a la tierra más que el derecho de recordar esta noche y de recordar por siempre la imagen de esta aparición sobrehumana que le ha hecho desear seguirla hasta la muerte y es lo único que podría hacerle soportar esta vida!" Según estas palabras, embarazadas y vacilantes, iban saliendo de mis labios a media' voz, los tintes rosa de la vida volvían a sus mejillas; triste sonrisa se extendía en derredor de su boca, como una obstinada incredulidad en la dicha; sus ojos, levantados hacia el techo de la cama, parecían escuchar con la mirada las palabras que RAFAEL Dipinized by 4