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Culhuacan, en la costa del mar del Sur, después de una peregrinacion de cerca de diez años: de allí pasaron á Méjico, de donde regresó Álvar Nuñez á España por los años de 1537.

No escarmentado con los anteriores adversos sucesos, solicitó y obtuvo del Emperador Carlos V la gobernacion del Paraguay con titulo de Adelantado, obligándose á continuar el descubrimiento, conquista y poblacion de aquel territorio. Partió nuevamente de Sanlúcar á 2 de Noviembre de 1540 con 700 Españoles y un buen número de aventureros hidalgos, y después de haber reconocido el cabo de San Agustin, el puerto de Santa Catalina y la entónces casi desierta Buenos-Aires, continuó por tierra su camino, explorando todo el país, y llegando á la Asuncion el dia 11 de Marzo de 1542, tomó inmediatamente posesion de su gobierno.

Procedió al arreglo de la colonia, nombrando su Maestre de Campo á Domingo Martinez de Frala, á quien encargó proseguir los descubrimientos hasta ponerse en comunicacion con el Perú: hizo salir una expedicion al mando de su sobrino Alonso Riquelme á conquistar la provincia del Ipané, y por último, marchó con otra en persona á explorar el país y buscar minas. Durante ella tuvo serias desavenencias con los Oficiales Reales, indisponiéndose con ellos, particularmente con el Contador Felipe de Cáceres, hombre inquieto y mal acondicionado, quien púsose al frente de una conspiracion dirigida á despojarle del mando. En efecto, no bien regresaron á la Asuncion, cuando, aprovechando los conjurados la ocasión de hallarse enfermo en cama, le sorprendieron en su posada, intimándole el que se diese á prisión. Resistióse á ello, hasta que Jaime Requin, uno de los amotinados, poniéndole una ballesta armada al pecho, le amenazó con la muerte. Entregó entónces su espada á D. Francisco de Mendoza; en seguida, asiendo de él, le pusieron un par de grillos y encerraron en una oscura cuadra de la casa de García de Venegas, juntamente con su sobrino Riquelme, el Alcalde Mayor Pedro de Estopiñan y otros capitanes y caballeros á quienes prendieron también, poniéndoles cincuenta soldados de guardia. Apoderados del gobierno, nombraron Capitan general á Domingo de Trala, quien, aunque se excusó cuanto pudo, hubo de ceder á la fuerza, admitiendo el mando para evitar mayores excesos, el 15 de Diciembre de 1543.

Los enemigos de Álvar Nuñez formáronle muy á su gusto el proceso, y terminado éste al cabo de diez meses de sufrir una dura