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toda mi atención, han venido á dar nuevo interés á esta parte del Museo, recordándonos que fué la Península ibérica aquella codiciada provincia que competía con Sicilia en la abundancia y excelencia de sus cereales.

Contados, muy contados eran los monumentos litológicos que hallé, al encargarme de la dirección de este Nacional Museo; cosa en verdad solamente explicable, considerando que nunca hubo hasta hoy deliberado intento de recoger y ordenar en series los preciosos restos de nuestras antigüedades. Pocas provincias del Imperio romano ofrecen en efecto tanta riqueza epigráfica como España, y salva Italia, ninguna de las naciones modernas puede ostentar tantos y tan doctos cultivadores de este ramo de la arqueología clásica. Desde los tiempos de Nebrija hasta la edad presente, recordábanse con respeto los nombres de Morales y Martin del Rio, Franco y Antonio Agustín, Caro y Pedro de Valencia, y en más cercanos dias los de Leirens y Trigueros, Gusseme y Pérez Bayer, el Principe Pío y Cean Bermudez. ¿Cómo, pues, formadas la riqueza de las inscripciones y la copia de sus ilustradores, ni el gabinete etnográfico del Museo de Ciencias naturales, ni el depósito de antigüedades de la Biblioteca Nacional han ministrado á este Museo arqueológico las colecciones, que eran de esperar, en orden á la epigrafía clásica?.... Ni ocultaré tampoco que esta misma carestía y aún inopia cundia á los primeros siglos del cristianismo, á la edad visigoda, á la dominación arábiga, y alas monarquías de la reconquista; con lo cual dicho se está que he debido poner, y he puesto, todo empeño en dar comienzo, y no sin fortuna, atan variadas é interesantes colecciones, que presupuestos el favor del Gobierno y el patriotismo de nuestros naturales, crecerán muy en breve, á compás de la riqueza derramada en las más apartadas comarcas.

Vindícanos de esta falta, que no de otra suerte la reputo, el abundantísimo monetario, conocido en todo el mundo civilizado de cuantos cultivan la numismática; y con decir á V. que es el mismo custodiado hasta ahora en la Biblioteca Nacional, excuso mayores explicaciones. No es esto asegurar que ya no sea susceptible de aumentos: procúroselos cada dia con nuevas compras de ejemplares ó muy raros ó no existentes, y proporcióname no escasas adquisiciones el noble desprendimiento de nuestros compatricios; y á uno y otro medio es debido que se multipliquen las monedas de la antigüedad clásica, se aumenten las de la Edad Media