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Hozes y arados en el yunque ardiente
Troqué en espada y lanza,
Pero en olas de sangre nuevamente [1]
Se ahogó nuestra esperanza!
II.
¡Ay Polonia infeliz! Sólo veo ahora
Por tus campos desiertos,
Cruzar la muchedumbre vencedora
Galopando entre muertos.
Mudo ya el bronce, y del feral combate
El vocerío inmenso,
Aun se oye el trueno del fusil que abate
Al mártir indefenso.
Al pié de los altares el Pagano
A tus hijas agarra,
Las azota con látigo villano
Y sus lutos desgarra.
Arrodillado sobre escombros, ora
El anciano doliente,
Y, preguntando por sus padres, llora
El niño balbuciente!
III.
¡Ay! que tanto dolor y la aspereza
De mi destierro impío,
No turben de mi alma la entereza,
¡No lo quieras, Dios mio!
- ↑ Alude la palabra anotada á las tentativas que antes del levantamiento de 1863, (por el cual se escribió esta poesía), hizo la nación polaca para recobrar su independencia.