Página:R.E.-Tomo III-Nro.12-Id.06.djvu/5

Esta página ha sido validada

564 Á QUINTANA.

¿Qué es ¡ay! la humanidad sin fanatismos?


Ninguno ya, ninguno
Existe ya; ni el que ensalzó al Monarca,
Ni el que inflamó al tribuno:
Un Dios brutal el universo abarca
Desde el altar deshecho,
El Dios de la materia, el Dios del hecho:


Y en vez de aquella santa
Familia de los pueblos soberanos
Que libre la garganta
De los yugos de todos los tiranos
Imaginó el deseo,
El Bajo Imperio de la Europa veo.


Asi en la acobardada
Roma Horacio cantó mientras la lengua
De Cicerón clavada
En los rostros guardados á tal mengua.
Tu última arenga hacia
¡Romana libertad! en tu agonia.


¡Oh ilusión venturosa
De una generación que se derrumba!
Nosotros, su ingloriosa
Posteridad, junto á su ilustre tumba
Pasamos sonriendo,
Su generoso error escarneciendo.


Nosotros, los espúreos
Hijos del desengaño que trocamos
Por mantos epicúreos
La toga consular que despreciamos,
Y á toda patria ajenos
Sabemos más pero valemos menos.


Y qué , ¿será mentira
Cuanto el hombre esperó? ¿será delirio