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EL PESCADOR

 De pronto al rumor distante,
Que va difundiendo el aura,
Se asocian tonos sencillos,
Mas de una dulzura extraña:

 Son agrestes armonías
Del hijo del mar, que canta,
A la vez que el bote vuela
Por la llanura salada,

 Buscando el sitio en que el cielo
Le tiene dispuesta carga,
Con que á una pobre familia
Sustento en la aurora traiga.

 ¡Rema, rema, pescador,
Mi bendición te acompaña,
La mar su imperio te entrega,
La luna tu senda aclara!

 Dormido el mundo, ni un eco
De sus pasiones infaustas
Mi pensamiento conturba,
Ni tu trabajo embaraza;

 Y vela —al par que nosotros—
El Señor de cuerpos y almas,
Que ve le sirven tus miembros
Mientras mi mente lo ensalza.