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mérito religioso y ascético está demostrado por la grande recomendacion que hacía de este libro San Francisco de Sales.

V. — Tratado de la religion y virtudes que debe tener el príncipe cristiano, etc. Va este libro contra Nicolás Maquiavelo y los demás políticos de su escuela, y encierra excelentes máximas, inclinándose más en los asuntos meramente políticos á las ideas de libertad que á las de sujecion servil, y afirmando en este punto cosas que hoy en algunos paises de Europa no consentirla la autoridad civil que se publicasen. En cambio el "Tratado del príncipe cristiano" es un modelo de intolerancia. No se puede ir más allá en fervoroso anhelo de exterminar con el hierro y con el fuego á los herejes: de quemarlos vivos, como á cáncer, á fin de que no inficionen y corrompan la parte sana de la república. Pero este modo de pensar, como dice el colector y anotador de las obras, no es de extrañar como achaque de nuestro Padre Rivadeneira, ó como condicion peculiar de los españoles de entonces, porque era general en toda Europa, así entre católicos como entre protestantes. Calvino y Teodoro Beza escribieron en el mismo sentido. Y dicho Sr. de la Fuente afirma (no hemos hecho nosotros la estadística) que Enrique VIII é Isabel de Inglaterra quemaron ó mataron diez católicos, lo ménos, por cada hereje ó judío que llevó á la hoguera la Inquisicion.

Tal es el contenido del tomo LX de la interesante y rica coleccion con que el editor Rivadeneira está haciendo tan señalado servicio á las letras en general, y particularmente á la gloria de España.


Apuntes para la vida de Felipe II y para la historia del Santo Oficio en España, por D. Cayetano Manrique, etc. Madrid, 1868.

Esta obrita es una coleccion de artículos bastante eruditos (aunque no siempre una crítica muy severa acompañe á la erudicion), en que se impugnan las opiniones hoy tan en moda, entre ciertas gentes, que hacen de Felipe II un modelo de Reyes y hasta un dechado de bondad y de todas las virtudes. Van los artículos dirigidos principalmente contra el Sr. Cañete, el cual, en su último discurso académico, se ha extremado en la susodicha opinion y ha vencido en entusiasmo fervoroso por Felipe II á cuantos apologistas ha tenido este Rey en nuestros dias. A pesar del defecto, que no hemos podido ménos de notar, y de la precipitacion con que las polémicas en los diarios suelen escribirse, el trabajo del Sr. Manrique nos parece estimable, y por sí solo bastaria á destruir, si otras obras no hubiese, el daño que apologias como la del Sr. Cañete pueden hacer, extraviando el sentimiento moral y los principios y creencias de lectores incautos é ignorantes, por más que las dichas apologías se compongan para mostrar agudeza de ingenio y habilidad en la paradoja, y con la mera intencion inocente de seguir el uso aristocrático y distinguido que hoy priva en España.


Director y Editor, José L. Albareda.