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Amor, en fin, que todo diga y cante,
Amor que encante y deje sorprendida
A la serpiente de ojos de diamante
Que está enroscada al árbol de la vida.

Amame así, fatal cosmopolita,
Universal, inmensa, única, sola
Y todas; misteriosa y erudita:
Amame mar y nube, espuma y ola.

Sé mi reina de Saba, mi tesoro;
Descansa en mis palacios solitarios.
Duerme. Yo encenderé los incensarios.
Y junto a mi unicornio cuerno de oro,
Tendrán rosas y miel tus dromedarios.

Tigre Hotel, Diciembre 1894.

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