Página:Prosa por José Rizal (JRNCC, 1961).pdf/87

Esta página ha sido corregida
77

hizo constar en un libro que escribió. Como veis, si se sigue este razonamiento, Rizal sería también solidario y participaría de las ideas vertidas por los frailes, guardias civiles, gobernadorcillos, etc.; y vos, santo Doctor, lo seríais también de las palabras que poneis en boca de los herejes, paganos y sobre todo de los maniqueos. 2.ª. Que quiere que yo piense y hable como él, pues me tacha por decir la Biblia y los santos Evangelios. Está bien que él, como todos los fanáticos, crea que forman una sola cosa; pero yo que he estudiado la Biblia original hebráica, sé que ésta no contiene los Evangelios; que siendo la Biblia judía creación, historia, tesoro y patrimonio del pueblo judío, aquí la autoridad son los judíos, quienes no aceptan los evangelios; que siendo la traducción latina inexacta en algunos puntos, mal pueden los católicos dar aquí la ley, ellos que pretenden apropiarse lo que no es suyo, e interpretar a su modo y a su favor la traducción, alterando el espíritu de los textos. Los Evangelios, además, menos el de Mateo, se escribieron en griego, son posteriores, y en el fondo como de hecho echan abajo las leyes de Moisés; prueba de ello la enemistad entre judíos y cristianos. ¿Cómo, pues, conociendo esto, he de hablar como un fanático o un fraile ignorante? No exijo de ningún fraile que hable como libre pensador; que no me exijan tampoco que hable como fraile. ¿Por qué quieren que confunda bajo un solo nombre dos cosas distintas y aun en ciertos puntos contradictorias? Pase que el vulgo de los cristianos lo haga así, pero yo no debo ni puedo hacerlo. Además, el mencionar a los dos separadamente obedece al pensamiento que inspiran dos obras, dos legisladores, dos religiones en que quieren hacer basar la religión católica. Vuestro hijo, además, razona divinamente cuando dice: no sabía yo que los santos Evangelios eran distintos de la Biblia y no una parte principal de ella; decidle, Santo Doctor, que, en todos los países, una parte, por principal que fuese, siempre es distinta del todo; ejemplo: lo principal en Fr. Rodriguez es el hábito pero el hábito es distinto de Fr. Rodriguez, porque a no ser así, habría un Fr. Rodriguez sucio, otro flamante, otro arrugado, otro ancho, otro corto, otro largo, otro mugriento, otro planchado, y otro nuevo tamquam tabula rasa etc. El hábito, además se debe distinguir del fraile porque un pedazo de tela por sucio que fuese, no puede ser presumido, ni déspota, ni ignorante, ni