no por que las páginas de su vida sean vacías como las de un álbum, sino porque los días de la buena esposa corren puros como las linfas de un torrente, blancos como la nieve, albos como las hojas de este álbum; y las horas de la artista pasan seductoras, atractivas y brillantes, como el brillante empastado que lo cubre.
Inscrito aqui mi nombre como una voz más, que proclama el reconocido y variado mértito de Ud. —Otra paleta que no sea la mía prestaría su colorido para delinear lo que su fisonomía y si inteligencia tiene de común con las Gracias, con las Corinas, etc: yo me limito a estimar en Ud. a la amiga ecuatoriana, que recuerda ciertos nobles rasgos de Penélope. Yo prefiero la virtud a la belleza y al genio; ¿y quién no preferirá el cielo a la tierra?»
Quito, Abril 28 de 1908.