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tengan todas las veces, no sólo del lenguaje culto, bien clasificadas, sino también del lenguaje vulgar, que no es un lenguaje «vicioso» (como dicen la mayor parte de los lexicógrafos americanos), sino un lenguaje natural y nacional.

§ 28. Entremos ahora en el estudio de la cuestión formal y semántica de la admisión y clasificación de las palabras de un diccionario completo de la lengua castellana.

La cuestión formal

Depende del criterio gramatical cuáles formas y derivaciones de cada palabra deben aparecer por separado en el léxico. Hay que distinguir claramente entre la morfología y la lexicología. La morfología (que en las gramáticas corrientes se llama todavía malamente «analogía») comprende las formas variables de substantivos, adjetivos y verbos que no corresponden a cambios de la idea, sino a relaciones gramaticales y a ciertas determinaciones (número, persona, voz, modo, tiempo). Sus detalles se estudian en la gramática, porque esos fenómenos son comunes a todas las palabras de las categorías correspondientes.

Aquí hay una cuestión importante para el diccionario. Los derivados verbales en -ante, -ente, -iente, llamados «participios de presente», no se deben considerar como «formas verbales», porque sólo existen en un número limitado de verbos (véase Oración § 245, Gram. Ac., nº 469, b). De consiguiente deben enumerarse todas estas palabras en el diccionario, como es costumbre hacerlo.

§ 29. La lexicología estudia en la gramática la formación de palabras derivadas de otras primitivas, que corresponden a una variación del significado. Hay ciertas reglas para su formación, pero en general no se puede saber de antemano cuáles voces pri-