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cantidades de inmigrantes que forman un 30 por ciento de la población y han llegado a crear una jerga mezclada de español e italiano, el «cocoliche» [1]. En el Paraguay la lengua guaraní queda al lado del español como idioma corriente de la conversación de la mayor parte de los criollos.

En los demás países de la América Meridional quedan muchísimos millares de indios salvajes, al lado de los medio asimilados, de los mestizos y de los «blancos». En Bolivia los indios puros forman más de la mitad, y los blancos apenas un 15 ó 20 por ciento de la población. En La Paz una gran parte de los criollos y casi todos los mestizos hablan español y aimará, en Oruro y otras partes español y quichua. Lo mismo sucede en ciertas regiones del Perú [2] y del Ecuador. También en Colombia, Venezuela, Centro América y Méjico quedan indios puros en mayor o menor cantidad, y los mestizos hablan al lado del español idiomas indígenas, como el quiché, el maya, el nahuatle y otros.

En diversas regiones se han formado también jergas mezcladas de lenguas americanas y africanas con español, de las cuales se sabe muy poco [3], y los idiomas criollos con inglés, francés y holandés en Trinidad, Martinica, Haiti y las Guayanas.

  1. Véase R. Grossmann, Das ausländische Sprachgut im Spanischen des Rio de la Plata, páginas 145-150, Hamburgo, 1926.
  2. El Vocabulario políglota incaico, publicado en Lima en 1905, comienza así: «Es un hecho reconocido que cuatro quintas partes de los habitantes del Perú hablan el idioma keshua, y de éstos sólo una fracción relativamente pequeña habla tambien el castellano, y muchísimos ni siquiera lo entienden.»
  3. Un curioso ejemplo se halla en The Güegüence; A comedy ballet in the Nahuatl-Spanisch dialect of Nicaragua, edited by Daniel G. Brinton. Philadelphia. 1883). A este grupo pertenece también el Papiamento de Curazao, que acabo de estudiar detalladamente.