40 PIGAFETTA LIB.
Para que la escuadra navegase siempre de conserva (1) estableció para los pilotos y contramaestres las reglas siguientes:
Su navio debía siempre preceder a los otros, y para que no se le perdiese de vista durante la noche lleva- ba una antorcha de tea, llamada farol, atada a la popa de su buque; si además del farol encendía una linterna o un trozo de cuerda de esparto (2), los otros barcos debían hacer otro tanto, a fin de asegurarse por ello de que le seguían.
Cuando encendía otros dos fuegos, sin el farol, los navios debían cambiar de dirección, ya para moderar su marcha, ya por ser el viento contrario.
Cuando se encendían tres fuegos, era para quitar la boneta, que es una parte de vela que se coloca sobre la vela mayor cuando hay mar bella para aferrar mejor el viento y acelerar la marcha. Se quita la boneta cuan- do se teme la tempestad, porque entonces es necesa- rio arriarla para que no estorbe a los que deben car- gar la vela.
Si encendía cuatro fuegos era señal de que había que arriar todas las velas; pero cuando estaban plega- das, las cuatro luces ordenaban desplegarlas.
Muchos fuegos o algunos bombardazos (3) adver- tían que estábamos cercanos a tierra o en bajos fondos y que teníamos, por consiguiente, que navegar con mu- cha precaución. Había otra señal que indicaba cuándo se debía arrojar el ancla.
Guardias. — Se hacían tres cuartos cada noche: el primero al anochecer; el segundo, llamado raedora, a
(1) De conserva: juntos. (N. del T.)
(2) Esta cuerda se llama en español strenghe, y se hace de es- parto macerado en agua, seco después al sol o al humo; es muy apropiada para este uso. (En español se llama estrenque. N. del T.)
(3) Pig-afetta dice siempre bombardas; pero es sabido que en aquel tiempo se llamaba también así a los cañones, y que se los cargaba frecuentemente de piedras en vez de balas.