en que fué nombrado caballero.[1] Pero si tenemos pruebas de que la obra la escribió algunos años después de la vuelta de su viaje, hay también motivos para creer que el caballero Pigafetta tenía delante las notas originales mientras la redactaba, porque dice repetidas veces oggi (hoy) copiando lo que había escrito el mismo día del suceso. Además, no le hubiera sido posible, siguiendo el orden del tiempo más que el de las cosas, conservar la memoria de una infinidad de objetos para él nuevos y de acontecimientos extraordinarios, que algunas veces he unido, sin alterarlos, para dar más continuidad y conjunto a la relación del autor.
§ XXIII. Después de haber escrito su libro para el gran maestre de Rodas y de haber presentado al soberano pontífice una copia, de la que habla Paulo Jovio,[2] envió otra a la reina Luisa de Saboya, regente del reino por su hijo Francisco I (ocupado entonces con la desdichada guerra de la Lombardía, donde fué hecho prisionero), a la cual se había presentado Pigafetta cuando regresó a Italia para ofrecerle algunos productos del otro hemisferio. La reina dio a traducir al francés el libro al parisiense Antonio Fabre, que tenía reputación de ser un excelente filósofo y de saber italiano porque había residido mucho tiempo en Padua; pero éste, por evitarse molestias (per fuggir la fatica, como dice ingenuamente Ramusio), hizo solamente un extracto, y omitió quizás lo que no entendía; el resto fué impreso en francés con muchas faltas.[3] A pesar de todos estos defectos, Ramusio, que, como ya he di-
- ↑ Véase el Ruolo genérale de’ cav. gerosoliminis, di Fr. Bartolomeo del Pozzo, Torino, 1714, donde hay que notar que el autor no pone mas que los nombres, las dignidades y los cargos de los otros caballeros; pero al hablar de Pigafetta, después de haber dicho comendador de Norsia, añade: célebre por sus viajes en las Indias.
- ↑ Historia sui temporis, lib. XXXIV.
- ↑ Ramusio, loc. cit.