navegación le sería fatal. Lo fué, efectivamente, para el astrólogo Martín de Sevilla que marchó en su lugar, sin prever que debía ser asesinado, como le acaeció en la isla de Zubu.
§ XIV. Tenemos una prueba de la importancia de las investigaciones sobre las longitudes hechas durante esta navegación, en la descripción que voy a publicar. Apenas la escuadra estuvo en el mar Pacífico cuando el caballero Pigafetta consideró como un deber el señalar en su diario, no solamente la latitud, sino la longitud de la línea de demarcación; y para evitar toda equivocación advirtió que ésta se hallaba a 30° al oeste del primer meridiano, situado a su vez a 3° al oeste de Cabo Verde.[1] Explicándose con tanta precisión, es extraño que Fabre, que dio un extracto de su relación, no le haya comprendido, y que en lugar de decir grados de longitud de la línea de demarcación diga siempre de la línea de su partida, o grado de longitud del cual partieron; y allí donde debía indicar la posición de esta línea tal como la señaló nuestro autor, diga y XXX grados del meridiano, el cual está a tres grados más al oriente que el cabo de Buena Esperanza. Como se ve, carece de sentido semejante manera de expresarse. Al traducir Ramusio a Fabre, omitió todo esto con razón, y hay que perdonarle cuando, por seguir literalmente el texto, en lugar de decir longitudine dalla linea di divisione, dice longitudine dal luogo donde si eran partiti; por consiguiente, aumenta en un error de 40° la longitud señalada por Pigafetta.
§ XV. Pero los portugueses, interesados en determinar la verdadera longitud de las Molucas, acusaban a los españoles, no solamente de error, sino también de mala fe; y Pedro Mártir de Anglería, gentilhombre milanés e historiógrafo de la corte de España, contaba
- ↑ La linea de la repartitione e trenta gradi longi dal meridionale; el meridionali e tre gradi al levante longi da Capo Verde.