taleza, le propuso dar estas islas a España y le proporcionó al mismo tiempo los luminosos datos que pudo adquirir de los habitantes de las islas más orientales sobre la posibilidad de encontrar el cabo del continente descubierto por Colón, y de doblarle o quizás encontrar algún estrecho, pues ya los portugueses poseían el Brasil, descubierto por Cabral en 1500, en cuya comarca había pasado cuatro años Juan Carvajo, de quien habla frecuentemente Pigafetta, y en donde Juan de Solís, que buscaba un paso a las Indias, fué asesinado con sesenta hombres de su tripulación y comido por los caníbales.[1]
§ X. Acaso no es improbable que Magallanes tuviese por estos medios algún conocimiento de un paso del mar Atlántico al mar de las Indias; pero, según comunicó confidencialmente a Pigafetta y a sus compañeros de viaje, fué de otra manera como él llegó al estrecho. Mientras que pretendía su ascenso en la corte de Lisboa continuó estudiando la geografía y la navegación, de manera que, según nuestro autor, llegó a ser uno de los más hábiles geógrafos y navegantes de su tiempo.[2] Por esta fama se le permitió examinar todo lo que hasta entonces se había coleccionado sobre dichas materias y que se guardaba cuidadosamente en la tesorería. El infante D. Enrique, el cual fué el primero que proyectó los viajes para el descubrimiento de países nuevos, y los príncipes que le sucedieron habían reunido todas las noticias y los mapas que era posible procurarse por medio de los geógrafos, los navegantes y los astrónomos, que con la esperanza de recompensas iban allí a depositar sus descubrimientos. En esta tesorería fué donde Magallanes encontró un