XXI.
Si el pie movi jamás, ó el pensamiento
Do no te viese 6 falsa ó verdadera;
Y si verte despues ó mansa, ó fiera,
No causaba mi gloria, ó mi tormento:
Sino fundé mi amor sobre cimiento
Tal, que ninguna novedad le altera:
Si amada con mas limpia y mas sincera
Fe soltó Ninfa trenzas de oro al viento:
Si quando el alma mas confia, desea
Sino que este dolor fiero que siente
Cada punto mayor, grato te sea:
Fili, viva de tí gran tiempo ausente;
Y si tomare nuevo amante, vea
Ceñir de flores, y adornar tu frente.
XXII
Bien puede revolver seguro el cielo,
Mudando el ser á quanto acá se cria;
Y con blanda y ayrada compañía
Ya adornando, ó despojando el suelo:
Y puede bien tender su negro velo
La noche eternamente obscura y fria,
Y arder el sol, 6 dar templado el dia,
O darnos presa al encogido hielo:
Que yo en qualquier sazon en este Invierno,
En esta noche tenebrosa y larga,
Y en este sin igual fiero tormento,
Desde aquella hora desdichada amarga,
Que á mi dolor me hizo esclavo eterno,
Mas firme estoy, que roca firme al viento.