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de Figueroa

IV.

Dexa, Fili, gozar un poco al prado
De su preciado honor, dexa las flores
Esmaltadas de perlas, las colores
Vivas mostrar, que Flora hoy les ha dado.
Dexa vivir en libre alegre estado
Las Ninfas de este valle y los pastores
Del monte sin envidia y sin ardores,
Y mira qual está Tirsi parado;
Que dispuesto a morir dice tendido
Sobre la yerba de aquel verde llano:
Ya ves el fin de tu deseo cumplido.
¡Ay por quien tantas lágrimas en vano!
Tantos suspiros hasta aquí he esparcido,
Y agora esparcirá sangre esta mano!

V.

Partiendo de la luz, donde solia
Venir su luz, mis ojos han cegado:
Perdió tambien el corazon cuitado
El precioso manjar de que vivia.
El alma desechó la compañía
Del cuerpo y fuese tras del cuerpo amado;
Así en mi triste ausencia he siempre estado
Ciego y con hambre, y sin el alma mia.
Agora que al lugar, que el pensamiento
Nunca dexó, mis pasos presurosos
Despues de mil trabajos me han trahido:
Cobráron luz mis ojos tenebrosos,
Y su pastura el corazon hambriento;
Pero no tornará el alma á su nido.

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