Página:Poesías de Evaristo Carriego.djvu/274

Esta página ha sido corregida
262
Evaristo Carriego.

Valía la pena, por cierto. >
Y cuando empezaba:
« — Una noche...»
Se le heló en los labios la risa.
¡Ave María! ¡De qué modo
más raro miraba la prima!